Comer alimentos ultraprocesados se asocia a un mayor riesgo de padecer demencia
Consumir productos altamente procesados puede favorecer el desarrollo de algún tipo de problema cognitivo, apunta una investigación publicada en la revista científica 'Neurology'
Las personas que comen grandes cantidades de alimentos ultraprocesados, como refrescos, patatas fritas o galletas, pueden tener un mayor riesgo a la hora de desarrollar demencia, según se desprende de un nuevo estudio publicado en 'Neurology', la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
“Los alimentos ultraprocesados están destinados a estar ricos y ser sabrosos, pero disminuyen la calidad de la dieta de una persona”, dijo el autor del estudio, Huiping Li, doctor de la Universidad Médica de Tianjin en China. Además, estos alimentos pueden contener aditivos alimentarios que “tienen efectos negativos en las habilidades de pensamiento y memoria”.
De ahí la importancia de este estudio que “no solo encontró que los alimentos ultraprocesados están asociados con un mayor riesgo de demencia, sino que también descubrió que reemplazarlos con opciones saludables puede disminuir el riesgo de demencia”, aseguró Li.
Los cambios en la dieta son fundamentales
Los alimentos ultraprocesados tienen un alto contenido de azúcar, grasa y sal, y son bajos en proteínas y fibra. Entre ellos encontramos refrescos, aperitivos dulces y salados, lácteos, pizzas, helados, salchichas, pollo frito, productos enlatados, salsas como kétchup, mayonesa, guacamole, panes envasados o cereales con potenciador de sabor.
Los investigadores analizaron los hábitos alimenticios de 72.083 personas, de 55 años o más, durante 10 años y, después de ajustar por edad, sexo, antecedentes familiares de demencia y enfermedades cardiacas y otros factores que podrían afectar el riesgo de demencia, encontraron que por cada 10% de aumento en la ingesta diaria de alimentos ultraprocesados, las personas tenían un 25% más de riesgo de demencia. Al finalizar el estudio, 518 personas fueron diagnosticadas con esta enfermedad que afecta a la salud mental.
"Los cambios en la dieta pueden marcar la diferencia en el riesgo de demencia", dijo Li
Los investigadores también utilizaron los datos del estudio para estimar lo que sucedería si una persona sustituyera el 10% de los alimentos ultraprocesados por alimentos sin procesar o mínimamente procesados, como frutas frescas, verduras, legumbres, leche y carne, y descubrieron que esta sustitución se asoció con un riesgo 19% menor de demencia. “Es alentador saber que los cambios pequeños y manejables en la dieta pueden marcar la diferencia en el riesgo de demencia de una persona”, concluyó Li.