El daño irreversible de los productos comestibles ultra-procesados

Fuente del artículo: El Heraldo /image: Cortesía /Autor: Aldair Zamora

Colombia se encuentra en una difícil situación con este tipo de víveres. Los azucares, grasas y aditivos son algunos de los ingredientes más peligrosos para la salud del organismo.

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La desinformación médica, la desigualdad económica y la falta de políticas públicas que protejan la salud del consumidor son, quizás, algunas de las problemáticas más notables alrededor del mercado de las bebidas azucaradas y productos comestibles ultraprocesados. 

Actualmente, Colombia y un gran número de países en el mundo enfrentan un complejo desafío que busca reducir el consumo de estos productos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Los alimentos ultraprocesados son aquellos que no se parecen en nada a su forma original. Además, contienen sales, azúcares añadidos, aditivos y grasas. 

Los embutidos, pizzas industriales, galletas, precocinados listos para calentar o freír y salsas comerciales son algunos de este tipo más consumidos por las personas.

Por otro lado, las bebidas azucaradas son aquellas que, como su nombre lo indica, contienen azúcares añadidos. El azúcar de mesa o sacarosa es el azúcar añadido más utilizado; sin embargo, existen también edulcorantes o endulzantes artificiales que son elaborados químicamente. 

Las bebidas más comunes de este tipo son los jugos caseros, gaseosas, sodas endulzadas, refrescos, bebidas energéticas, tés embotellados, lácteos endulzados y bebidas de café. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles resultan ser las principales causantes de muertes en el mundo. No obstante, un alto nivel de consumo de azúcares y conservantes están asociados a enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, caries dentales y otras.

Educación alimentaria

Rubén Orjuela, nutricionista de Educar Consumidores, compartió su postura con relación a estas bebidas y una variedad de inconvenientes relacionados con ellas. 

“Desafortunadamente la educación alimentaria ha sido poca y ha mostrado ser inefectiva para que la gente tenga cambios en su comportamiento nutricional. Por eso, el Estado debe tomar medidas estructurales para que ayuden a hacer efectiva esa educación”, afirma.

Orjuela expresa que la mayoría de los consumidores no conocen el grave daño que les pueden causar estos alimentos en su organismo.

“Las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados están relacionados con distintas enfermedades y el problema es que la mayoría de las personas desconoce lo perjudicial que pueden resultar”, sostiene.

Desbalance económico

Actualmente, el país cuenta con zonas donde es poco o nulo el suministro del agua potable. Esta situación obliga a las comunidades a hidratarse con bebidas de más fácil acceso, las cuales terminan siendo las azucaradas. 

“Los pacientes vienen a consulta, pero al salir se dan cuenta de que una bebida azucarada es más económica que cualquier fruta o que un agua embotellada, por eso muchas personas, así sepan que estas bebidas son dañinas, las terminan consumiendo por un tema de economía”, indica Orjuela. 

Karla Gómez Rúa, nutricionista y dietista egresada de la Universidad del Atlántico, sostiene que la clave para reducir las enfermedades es una educación alimentaria desde temprano.

“El nuevo gobierno debe encargarse de bajar los costos de los alimentos para que podamos acceder a ellos y brindarles una mejor educación alimentaria a las nuevas generaciones”, expresa.

Gómez agrega que “la comida rápida es mucho más económica que algo que realmente alimenta, pero a largo plazo puede salir muy caro debido a una gran variedad de enfermedades que se pueden contraer”.

Un problema de salud pública

Esperanza Cerón, directora de Educar Consumidores, celebra el anuncio del entrante ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, de gravar las bebidas azucaradas. 

“Este impuesto es una recomendación que la OMS le viene proponiendo a los países que hacen parte de ella. Este impuesto al consumo es la medida más rápida que ayudaría a disminuir el consumo de estos alimentos”.

La directora expresa su sentimiento de alegría tras el anuncio del entrante ministro.

“Nuestra organización está muy complacida con el anuncio de este impuesto, nosotros fuimos pioneros con esta propuesta en el país y tuvimos muchísimos problemas, nos intervinieron los celulares y computadores, recibimos amenazas”, afirma.

Cerón agrega que “esto es un problema de salud pública. ¿Cuántos son los costos que le significan a un país atender las enfermedades crónicas no transmisibles que están relacionadas con el consumo de estos alimentos? Los costos son altísimos, ningún país soporta esos gastos y esa situación podría ser prevenida si reguláramos los alimentos”.

Recomendaciones nutricionales

Orjuela expresa que las personas deben consumir un máximo del 10 % de azúcar de la energía que consuma en el día, lo recomendado es consumir el 5%.

“Si una mujer promedio que necesita aproximadamente 2.000 calorías, el 10 % sería 200 calorías, que traducido en gramos serían 50 máximo, eso sería el azúcar que necesitaría en el día, pero esto varía dependiendo la edad, el género y otros factores”. 

El nutricionista sostiene que no hay mejor líquido que el agua para hidratarse.  

“La mejor opción para hidratarse o sustituir las bebidas azucaradas es el agua. Es preferible consumir la fruta entera y en caso de hacer jugos recomiendo que lo hagan sin azúcar y sin colarlo para que vaya toda la fibra posible”.

Finalmente agrega que “se ha demostrado que los endulzantes artificiales no son saludables para ningún organismo, yo no los recomiendo. Hay que acostumbrarse al sabor de cada cosa, y aprender a disfrutar los sabores sin necesidad de agregarle ningún endulzante”.