Aditivos químicos en los alimentos: dos proyectos de ley buscan prohibirlos en EEUU por ser riesgosos para la salud
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Los legisladores de los Estados Unidos están poniendo bajo la lupa los aditivos químicos y conservantes artificiales que se agregan en gran variedad de alimentos ultraprocesados. Ahora, dos proyectos de ley presentados en los estados de California y Nueva York buscan eliminar cinco productos químicos que se asocian a mayor riesgo de muerte prematura, problemas de desarrollo cognitivo, disfunción hormonal y cáncer.
Los cinco aditivos que se enumeran en los proyectos legislativos están presentes en gran cantidad de productos panificados, golosinas, snacks, refrescos y bebidas gaseosas y están casi totalmente prohibidos en Europa, indicó el diario The New York Times y remarcó que varias asociaciones de salud, incluidas la Sociedad Estadounidense de Endocrinología y la Academia Estadounidense de Pediatría, vienen expresando su preocupación por los posibles daños para la salud del consumo excesivo de aditivos alimentarios.
Estas sustancias químicas se agregan a miles de alimentos procesados con el objetivo de mejorar la frescura, el sabor y el color. Los dos proyectos de ley, si se aprueban, entrarían en vigencia en 2025.
Los cinco productos químicos más peligrosos
Las propuestas legislativas seleccionaron los aditivos peligrosos en un trabajo conjunto con las organizaciones sin fines de lucro Consumer Reports y el Environmental Working Group. Apuntaron a agregados químicos prohibidos en Europa que aún se utilizan en EEUU, y la investigación mostró una fuerte evidencia de riesgos para la salud. “Estos cinco fueron realmente lo peor de lo peor”, dijo Scott Faber, vicepresidente senior de asuntos gubernamentales del Grupo de Trabajo Ambiental, a The New York Times.
- Colorante rojo número 3: la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés) prohibió su uso en cosméticos en 1990, por aumentar el riesgo de desarrollar cáncer. En aquel momento, la agencia dijo que trabajaría para extender la prohibición a los alimentos, pero el químico sigue autorizado para la fabricación de alimentos y se utiliza en casi 3.000 productos, como batidos nutricionales, glaseados y coberturas de pastelería, cerezas al marrasquino y dulces con sabor a menta.
Además, diversos estudios asociaron éste y otros colorantes sintéticos a un aumento de problemas de comportamiento, como la hiperactividad, en los niños.
- Bromato de potasio: está clasificado como “posiblemente cancerígeno para los humanos” por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, en base a estudios realizados en animales y también está prohibido para el consumo humano en Europa, China e India.
Se encuentra principalmente en productos panificados, incluidos panes, galletas y budines, donde actúa como agente leudante y mejora la textura.
- Dióxido de titanio: una evaluación de seguridad elaborada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en 2021 concluyó que este químico altera el ADN y puede dañar el sistema inmunológico, por lo que la Unión Europea decidió prohibirlo en 2022.
En los alimentos se utiliza como agente blanqueador y potenciador del color en miles de alimentos, como en productos panificados, lácteos, aderezos para ensaladas y productos congelados, como pizza y helado.
- Aceite vegetal bromado (BVO) se usa principalmente para ayudar a emulsionar los jugos y refrescos con sabor a cítricos. Las preocupaciones de salud sobre BVO se derivan de uno de sus ingredientes, el bromo, que puede irritar el piel y membranas mucosas.
Según el proyecto de ley presentado en California. “la exposición a largo plazo puede causar síntomas neurológicos como dolor de cabeza, pérdida de memoria y deterioro equilibrio o coordinación. En el pasado, estos síntomas se observaron con el uso crónico de bromuro”.
- Propilparabeno: los parabenos son conservantes comúnmente utilizados en productos de cuidado personal, productos farmacéuticos y alimentos. El propilparabeno se usa como conservante y se encuentra en alimentos como galletas, budines y otros productos horneados.
Según los estudios citados por los legisladores de EEUU, sus efectos sobre la salud se deben a que puede convertirse en un disruptor endocrino y por eso, afectar la salud reproductiva masculina y femenina.
La FDA explicó que evalúa los aditivos alimentarios en función de una serie de factores, incluida la “cantidad que se espera que se consuma (exposición dietética)” y los “estudios de laboratorio que respaldan la seguridad”, según detalló un funcionario de la agencia en un mail al NYT.
En la práctica, sin embargo, muchos productos químicos están aprobados bajo una disposición conocida como generalmente reconocidos como seguros, que establece que un aditivo alimentario puede pasar por alto la revisión de la FDA si ha sido considerado seguro por “expertos calificados”.
Una vez que el producto o sustancia han sido aprobados, si surgen solicitudes de revisión, un panel determina si se establece una nueva investigación nueva, “la FDA vuelve a evaluar la seguridad de los ingredientes”, escribió el funcionario de la agencia. Por ejemplo, la FDA revisó la evidencia sobre el dióxido de titanio después de que la UE decidiera prohibirlo en 2022. El informe resultante determinó que “no había evidencia que sugiriera que la exposición dietética al aditivo es una preocupación para la salud humana”.