La inflación atasca el ecoconsumo

Fuente del artículo: Expansión / Foto: -/ Autor: BEATRIZ TRECEÑO

La proximidad es uno de los aspectos más valorados por el cliente. DREAMSTIME EXPANSION

La alimentación Eco es la más afectada por la ralentización del consumo sostenible y en cambio, el interés por este tipo de artículos sigue creciendo por lo que se espera una vuelta a la tendencia cuando se recupere la situación económica.

El precio ha sido históricamente la principal barrera de acceso al consumo sostenible. Los productos Eco y Bio suelen ser los más caros en la mayoría de categorías por lo que no era de extrañar que la situación actual de inflación iba a pasar factura a esta tendencia de consumo. "Todos llevamos un consumidor ecologista y responsable en nuestro interior, pero muchos no son capaces de desarrollarlo por una cuestión puramente monetaria", afirma Juan Carlos Gázquez-Abad, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC en base al estudio Connecting with eco-conscious consumers.

Alimentación

Por sectores, la alimentación sostenible es uno de los más afectados. Los precios de alimentos y bebidas han aumentado alrededor de un 16%. Razón que la mitad de los consumidores atribuye a que la sostenibilidad haya dejado de ser una de sus prioridades, según el último Aecoc Shopperview. Tres de cada diez han reducido su compra de productos sostenibles por el factor precio. En cambio, esto no significa un retroceso de la tendencia por los productos sostenibles, a priori cuando se recupere la situación los consumidores volverán a hacer esas compras. Prueba de ello es que el 48% ha cambiado de establecimiento para seguir comprando productos sostenibles pero más baratos. "Eso indica que consiguen adaptarse de alguna forma a poder seguir comprando productos sostenibles pero donde la variable precio sea menor. Hay interés y el consumidor cada vez se informa más sobre qué marcas son sostenibles", comenta Cinta Bosch, responsable del área de Sostenibilidad de Aecoc.

EXPANSION

Otro indicio que anima a pensar que esta tendencia tiene aún amplio recorrido es que se reduce el número de consumidores que dicen desconocer las marcas sostenibles. Lo que se explica en buena parte porque las empresas han aumentado sus esfuerzos para dar a conocer sus acciones en materia de sostenibilidad, tanto es así que la mitad de consumidores considera que está muy informado en estos términos. Pero, ¿qué aspectos tiene en cuenta el cliente para considerar que una marca es sostenible? Sobre todo se fija en los materiales utilizados -el envase, su etiquetado y reciclabilidad-. "Prefieren un tipo de envase que no sea excesivo y esté fabricado con un material que se pueda reciclar", destaca Bosch. Por otro lado, el cliente busca que todo el proceso hasta su tienda habitual o domicilio se realice con el menor impacto ambiental, es decir, priman la proximidad. Y cada vez se fija más en una tercera variable: la salud y el bienestar. "La información sobre prácticas responsables en el packaging es cada vez más amplia, por voluntad de las empresas, porque la ley obliga y porque el consumidor lo pide", añade la responsable de Sostenibilidad de Aecoc. De manera que, pese al contexto de ahorro, el interés por lo sostenible existe, y también el castigo hacia lo no sostenible. Crece un 18% el número de consumidores que han dejado de comprar productos de marcas que considera no sostenibles con respecto a cifras pre-Covid.

Textil

En el textil la situación es similar, ya que se da la circunstancia de que las prendas más contaminantes son aquellas de menor precio. De ahí que grandes retailers como H&M, Decathlon o Inditex apuesten por colecciones sostenibles, con algodones 100% orgánicos y que surjan marcas nativas sostenibles como Sepiia o la ya consolidada Ecoalf. "El modelo de compro-tiro, compro-tiro y de una moda nueva cada jueves y de continuas promociones está agotando nuestros recursos naturales y generando toneladas de residuos textiles. Tenemos que comprar menos y mejor, apostando por prendas ecodiseñadas con materiales reciclados y monomateriales para fomentar la circularidad al final del ciclo de vida útil", comenta Javier Goyeneche, fundador de Ecoalf.

Energía

Hay sectores en los que sí ha aumentado el consumo Eco, como ocurre con la energía. En un contexto de precios al alza, 2022 fue el año de despegue del autoconsumo fotovoltaico. "La coyuntura actual es altamente favorable para el crecimiento del sector fotovoltaico. Ante los elevados precios que de la energía, empresas y particulares buscan alternativas más eficientes, baratas y sostenibles, y las ayudas gubernamentales tienen un papel clave", expone Alberto Cortés, CEO y cofundador de la energytech española Ezzing. Aunque el mercado de autoconsumo se ha frenado en el primer trimestre de 2023, desde Ezzing auguran que en estos meses que quedan del año se puede superar el objetivo de instalaciones de autoconsumo fijado para 2030.

Transporte

El año pasado también creció el transporte menos contaminante, el público. El retorno a una cierta normalidad sanitaria y las bonificaciones hicieron que el número de viajeros aumentara un 28,8%, hasta los 4.369 millones de usuarios, según el INE. A lo que se suma el despegue de alternativas de movilidad, como motos y coches eléctricos compartidos, y al aumento del uso de patinetes o bicicletas.

QUIÉN ES EL CONSUMIDOR FIEL A LO ECO

Pese a la caída del número de ecoconsumidores no peligra esta tendencia y está previsto que se consolide en los próximos años a medida que la crisis económica amaine. Según el estudio 'Connecting with eco-conscious consumers' de UOC, un 63% de los consumidores afirma que es probable que vuelva a comprar este tipo de productos clasificados como Eco o Bio. Y, entre los que, pese al alza de precios, han seguido comprando estos artículos los más fieles son los compradores de productos de limpieza Eco. El 20% de los consumidores que compran productos de limpieza de marcas sostenibles no tiene intención de cambiar a marcas no ecológicas, aún con el aumento generalizado de precios. "La mayor ventaja de los productos de limpieza ecológicos es que no incluyen componentes químicos y tóxicos que pueden dañar la salud. Además, la diferencia de precio no es tan acusada", comenta Neus Soler, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. Pero, principalmente, el detonante es la salud. " De todas la categorías analizadas es la que tiene una tasa menor de abandono. En el lado opuesto, la categoría que tiene un mayor abandono es la de productos de bebé. Un 36% de los consumidores ya ha abandonado las marcas sostenibles, pese a que, 'a priori', es un sector muy sensibilizado. "El alto porcentaje de abandono se debe al alto coste que supone mantener el consumo ecoactivo en este caso, dada la frecuencia con que deben comprarse productos y los gastos derivados que supone la crianza", comenta Soler.